Miembros
de la comunidad Colombiana de Montreal participan de un Foro comunitario, en el
que se analizan la problemáticas que afectan a la comunidad. El foro se realizó
el 12 de octubre de 2012. Foto:
Enoin Humanes.
La Comunidad Colombiana de Montreal
(CCM) es una de la decena de
organizaciones comunitarias y de amigos, que existen en el panorama comunitario
colombiano de la ciudad de
Montreal. Fundada en 2010, esta organización comunitaria sin ánimo de lucro
se dedica, a través de un trabajo que hace con las uñas, a tres cosas: la investigación científica sobre temas de interés para su
comunidad; el lobby ante los
organismos oficiales colombianos
y canadienses para hacer avanzar las causas de interés para los colombianos; y la movilización social de los
actores representativos de la
comunidad, con el objeto de mejorar la suerte de los 17.160 colombianos residentes en la metrópolis quebequense.
Con ocasión de las elecciones al Congreso de la Republica de
Colombia realizadas el 9 de marzo de 2014, la CCM puso a circular una ‘‘Carta abierta a
los candidatos de partidos y movimientos políticos colombianos, que aspiraron a
la cámara de representantes por la Circunscripción
colombianos en el exterior’’. En la comunicación ese sector de la
dirigencia comunitaria colombiana montrealense se detuvo, grosso modo, sobre el poco servicio que hasta la fecha
ha prestado a los colombianos residentes fuera de su país la curul, que a su
nombre fue creada en la Cámara
de Representantes a
través de la Ley 649 de 2001.
Con esta circunscripción, que fue
reglamentada por el Ministerio
del Interior de Colombia a
través del Decretos 0011 del
ocho de enero de 2014, el Estado
colombiano busca impulsar la participación en la
vida pública nacional de los colombianos residentes en el exterior, que
según diversas fuentes oscilan entre tres y seis millones. Sobre el propósito
que condujo a la creación de dicha circunscripción, en el portal de la Registraduría nacional del Estado civil, se afirma que la misma busca garantizar ‘‘para más de 3.000.000
de colombianos [que viven fuera del
territorio nacional] una
representación política dentro del país que vele por sus derechos y
participación’’.
Colombianos celebran la Fiesta Nacional de
Colombia en un Parque de Montreal. Imagen tomada de cancilleria.gov.co
Las elecciones de marzo de 2014
fueron las primeras en las que se escogieron dos representantes a nombre de los
colombianos en el exterior. Esto se debe a una reforma que, mediante un Acto Legislativo del artículo 176 de la Constitución,
el Congreso de la República de Colombia llevó a cabo. La reforma trasladó una curul de la
circunscripción minorías políticas a la circunscripción de los colombianos que
habitan en otros países. Según
el diario El Colombiano de Medellín, para las elecciones
del ocho de marzo de 2014 se inscribieron 8 listas, que contaban 21
candidatos, que aspiraban a ganar el
derecho a representar a los colombianos en el exterior.
Sin embargo dicha representación no
ha convencido del todo a los colombianos que residen fuera de las fronteras
nacionales. El tema ha salido a
flote en la playa de la virtualidad. En la página
web de la W Radio, luego de una denuncia instaurada por María Angélica Vera sobre un
supuesto favoritismo de algunos miembros del cuerpo diplomático colombiano en
el área de Nueva York, New Yersi et Connecticut a favor de la campaña del
representante 2010-2014, Jaime Buenahora Febres, los comentarios de un gran
número de oyentes dejaron flotando en el ambiente una problemática concreta: el cargo de representante en
nombre de los colombianos en el exterior ha servido para montar una red de
burocracia, con la que se pagan favores políticos. Según los que piensan de esa manera,
dicha red gravita entorno a los consulados del área triestatal que converge en
la ciudad de Nueva York.
Luego del careo en la radio entre
el representante Buenahora y la denunciante, varios oyentes pusieron en
tela de juicio la neutralidad de los funcionarios diplomáticos en esta campaña
a congreso en la región de Nueva York. Un comentarista que escribió bajo el
nombre de Humberto Mesa, sostuvo que ‘‘los
colombianos residentes en el exterior, hemos sido desconocidos en la cámara de
representantes y en la legislación colombiana y somos víctimas de los partidos
políticos, que nos han utilizado y nos han abandonado y maltratado enviándonos
candidatos poco serios, para votar por ellos’’. Según Gustavo Restrepo, otro oyente de dicha
emisora, el actual representante ‘‘en
cuatro años no hizo nada’’ por los colombianos que se encuentran fuera del
territorio nacional.
Colombianos en Montreal participan en una
actividad comunitaria programada por el consulado, Foto Tomada de cancilleria.gov.
En una nota publicada en La Silla Vacía, en la que se ventilan
los pormenores de la actividad política en el seno de la comunidad colombiana
en Nueva York, un comentarista que publica bajo el seudónimo de dleon99 reafirmó lo acotado por
Restrepo. Para dleon99 del actual representante
‘‘es poco lo que se puede decir porque es poco lo que ha hecho’’. Según su modo
de ver las cosas el comportamiento del congresista y del cuerpo diplomático es preocupante, pues
‘‘es real: están usando lo que debe ser un trabajo (y muy bien pago)
para la comunidad, como campo de campaña’’.
Sobre la inutilidad de la
representación, un
colombiano residente en Montreal, que omitió su nombre, manifestó no saber de
la existencia de esas dos curules en el congreso colombiano. Según él, si ellas
existen allí no se ‘‘ventilan los temas que interesan a los colombianos
residentes en estas lejanías’’. El entrevistado manifestó no conocer el nombre
del actual representante a la cámara por los colombianos en el exterior, ni
mucho menos sus ejecutorias. ‘‘En todo caso –dijo- de lo que si estoy seguro es
que ese tipo debe tener un sueldo envidiable y está construyendo una pensión
fabulosa por irse a sentar al congreso a calentar banco, en nombre de una
población a la que no representa ni conoce. Son ese tipo de cosas las que lo
llevan a uno a perder la
confianza en las instituciones democráticas colombianas’’.
Publicidad de Viviana Viera Giraldo, candidata
del Partido Polo Democrático por los colombianos en exterior google
El entrevistado sostuvo que en
estas elecciones no piensa votar, porque ‘‘el congreso colombiano es un antro
de corrupción, que da vergüenza por los escándalos en que se ve envuelto a cada
rato. Votar al congreso es patrocinar la sinvergüencería’’, sostuvo el hombre
en tono frustrado. Al final dijo que si de pronto se animaba a votar no descartaba
hacerlo en blanco, porque al final no conoce el nombre ni las
propuestas de ningún candidato, entre aquellos que buscan representarlo en la
Cámara.
La comunidad colombiana de Montreal
se invita al debate electoral
Según la misiva de la CCM, abrir el debate sobre el rol
inoficioso, que hasta hoy ha cumplido la curul por los colombianos en
el exterior en la Cámara de representantes, ‘‘representa una oportunidad’’ para
todos los actores sociales interesados en la materia. Por un lado ’’obliga a
los candidatos a ‘‘exponer sus programas’’ con claridad. Por el otro, le da la
oportunidad a las diferentes organizaciones de colombianos, que trabajan por
sus compatriotas en aquellos lugares donde hay comunidades colombianas, de
‘‘fortalecer los procesos de participación ciudadana en el seno de la
diáspora’’. Para los signatarios de la comunicación, estos procesos deben ser
impulsados ‘‘desde el parlamento colombiano’’, escenario donde los elegidos por
los colombianos en el exterior deben cumplir el rol de mediadores entre los
emigrados y el Estado colombiano.
Resultados de las
elecciones del domingo 9 de marzo de 2014 para la circunscripción de
colombianos en el exterior
|
|||
Candidato
|
Votos
|
Partido
|
Foto
|
Ana Paola Agudelo
|
4663
|
Mira
|
|
Jaime Buenahora
|
3600
|
U
|
|
Jorge Muñoz
|
2967
|
Mira
|
|
Hector Favio Uribe
|
2668
|
Mira
|
|
Ziolo Nieto
|
1767
|
Conservador
|
|
Juan Carlos Tanus
|
1496
|
Liberal
|
|
Viviana Viera Giraldo
|
997
|
Polo Democrático
|
Fotos tomadas de los portales de los diferentes candidatos.
La inconformidad de la dirigencia
comunitaria colombiana de Montreal con los políticos, que la han representado
luego de la creación del escaño para los colombianos en el exterior, se hace
evidente a lo largo de toda la epístola. En uno de los apartes de ésta se puede
leer: ‘‘si analizamos cuidadosamente el papel que ha jugado hasta el día de hoy
en el Congreso de la Republica el representante de los colombianos en el
exterior, una amarga constatación sale a flote: la curul otorgada a los
colombianos que nos encontramos fuera del país en la Cámara de Representantes,
es UN ESPACIO QUE NO HA ARROJADO NINGÚN FRUTO’’.
Sobre este aspecto se sostiene en
la nota que ‘‘desde la creación de la circunscripción especial para los
colombianos en el exterior han ocupado la curul personas, de las cuales no se
ha llegado a conocer su nombre, ni mucho menos sus realizaciones, porque nunca han rendido cuentas a
nadie, ni se han preocupado por conocer los problemas que afectan a los
colombianos residentes’’ fuera del país.
Medardo Pérez (pseudónimo), un
activista comunitario, considera que ‘‘en realidad de esa representación los
colombianos de Montreal no debemos esperar mucho, porque: 1) para la
clase dirigente del país parece que al
exterior de Colombia solo hay colombianos en Nueva York y en Florida; y
2) los políticos elegidos asumen que ellos van
al congreso a representar a sus partidos, a servir a sus amigos y a montar un
aparato burocrático que les permita hacerse reelegir en la próxima reelección.
Es lo mismo que en Colombia: nunca
consultan a sus comunidades y creen que representar a la gente consiste en
hacer lo que a ellos se les da la gana’’.
Por su lado los dirigentes de la
Comunidad Colombiana de Montreal creen que la
‘‘falta de pro-actividad e interacción de aquellos que han ocupado esta curul
ha llevado al Estado colombiano y al Congreso de la República a desaprovechar
todas las posibilidades, que un espacio de esta naturaleza brinda para integrar
a la vida nacional a una de las comunidades más dinámicas del país, que
contribuye con su trabajo a que la situación al interior de éste sea menos
difícil’’.
Según el secretario de dicho
organismo, ‘‘la falta de preocupación del Estado colombiano y del Congreso de
la República frente a los colombianos residentes en el exterior se puso de
manifiesto, a través del abandono
de la acción legislativa encaminada a reglamentar la ley que creo el Sistema
Nacional de Migraciones’’.
Por su parte Victoria Vega sostuvo
que ‘‘la falta de interés del Estado colombiano con respecto a sus ciudadanos en el
extranjero no se condice
con la contribución que hacen estas personas a la buena marcha del país.
Si usted revisa las cifras económicas se dará cuenta que en el último decenio, al mismo tiempo que
decenas de miles de colombianos dejaban el país cada año, la economía de Colombia se
beneficiaba por la entrada de varios miles de millones de dólares por concepto
de remesas enviadas por los emigrantes a sus familias. Ese rio creciente de divisas le ha permitido al Estado de percibir
por la vía del impuesto 4X1000 una buena cantidad de recursos. Por eso resulta
frustrante que nadie informe, ni mucho menos consulte desde los estamentos del
gobierno ni desde el Congreso de la República a las comunidades de compatriotas
residentes en el exterior sobre el desarrollo de las leyes que los afectan’’.
En la carta de la CCM se sostiene
que el abandono de la política contenida en la ley del Sistema nacional de migraciones representa para los cinco millones de
colombianos dispersos por el mundo, una enorme pérdida pues los
sectores más vulnerables de la emigración advierten que cuentan poco para su
país de origen, que a través de la falta de interés por ellos le resta
importancia a su participación en los temas de la vida nacional, minimiza sus derechos y
desaprovecha el potencial que ellos representan para Colombia’’.
En otros de sus apartes la carta
dice: ‘‘creemos que la coyuntura [electoral] se presta para sacar a
relucir algunas verdades incomodas. Para nadie es un secreto que la
gran mayoría de los candidatos que buscan representar en el parlamento a los
colombianos residentes en el exterior, incluyendo al actual Representante a la
Cámara (del cual la Comunidad Colombiana de Montreal nunca tuvo noticias),
tienen muy poco que mostrar en materia de gestión en torno los intereses
de la diáspora. Sobre el titular de la curul
solo basta decir que nunca consultó a sus representados, no difundió las leyes
que conciernen sus intereses y no promovió la participación de los colombianos
en el exterior en su proceso de reglamentación, ni mucho menos se interesó en la adopción de una política
pública encaminada a beneficiar a la comunidad que representa’’.
Las propuestas
La dirigencia colombiana de
Montreal le hizo a los candidatos que buscaron representarla en el congreso cuatro propuestas para que (así lo resalta la carta)
‘‘las curules que se han creado en la Cámara de Representantes a nombre de los
colombianos en el exterior no se conviertan
en un canto a la bandera, un
monumento a la improductividad, un
oneroso elefante blanco para los contribuyentes’’.
Las propuestas son:
-
Establecer canales institucionales,
que faciliten la participación efectiva de la diáspora en los debates políticos relacionados
con los temas que la conciernen.
- Crear mecanismos
adecuados y eficientes para
que las víctimas del conflicto armado residentes en el exterior puedan
participar, de manera efectiva, en los procesos
de reparación a víctimas y de restitución de tierras.
-
Crear mecanismos transparentes para
seleccionar a los funcionarios, que sirven en las embajadas y consulados
colombianos en los
diferentes países del mundo, pues según los dirigentes colombianos de Montreal
a estos cargos llega regularmente gente poco idónea, que no tiene la más mínima
idea de cómo servir a la comunidad. Al respecto proponen tener en cuenta a los
miembros de la comunidad a la hora de seleccionar la planta de personal de consulados
y embajadas.
-
Organizar
en Bogotá, el día internacional del migrante en 2015, la primera Conferencia de la
diáspora colombiana residente en los cinco continentes, para ventilar con ella las
problemáticas que la afectan e idear soluciones adecuadas.
La carta hace un llamando a los elegidos para que
no se aleje ‘‘de las
comunidades colombianas una vez se cierren las urnas’’. Según los promotores de
la carta, ‘‘actuar de ese modo conlleva al desmedro de la democracia y
profundiza esa tradición política –tan colombiana-, que consiste en acordarse del elector solo
durante el periodo electoral’’.
En la carta se hacen votos para
‘‘que los candidatos
elegidos sean aquellos que presenten el mejor programa’’ y que sean capaces de
‘‘ofrecerles a los miembros de las comunidades de colombianos en el exterior,
la posibilidad de
participar activamente en la construcción de políticas relacionadas con su
realidad’’.
Consideran los firmantes ‘‘que
ningún programa político, por sincero que parezca, tendrá aplicación práctica
si, tal como ocurrió en la legislatura que termina, los miembros del congreso
no actúan de la mano con las comunidades de colombianos de la diáspora’’.
Colombianos votando en Madrid, España, en las
elecciones del 9 de Marzo de 2014. Foto tomada de consulado.