Vistas de página en total

jueves, 23 de mayo de 2013

COMBATE COTIDIANO



Imagen tomada de google.com

De un día para otro Crisóstomo Santos comenzó a tener la sensación de estar librando una pelea desigual y decisiva. Todos los días lo asaltaba la sensación de estar combatiendo a puño limpio con un demonio, cuyo cuerpo estaba hecho de acero y hormigón armado, medía diez metros de alto y pesaba mil toneladas. Había noches en las que –después de hacer la oración – al irse a la cama sentía que el combate había llegado por fin a su fin. Sin embargo al día siguiente, cuando se levantaba, ese dominio estaba de nuevo allí frente a su cama, esperándolo para continuar la pelotera. ¡Y qué mala suerte la que el cielo le había deparado a Crisóstomo! No podía reusar la furrusca escabulléndose y ocultándose en los lugares sagrados, pues ese demonio era él mismo.



Enoïn Humanez Blanquicett
Montreal, 20 de mayo de 2013.
Derechos reservados de autor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario